Qué pelo más guay

Si nos guiamos por el título vamos a pensar más de la cuenta y seguramente no nos fiemos de la calidad de esta película pero nada más lejos de la realidad. Nuestra fiel amiga y compañera cinéfila Lledó Horne nos trae la que es su primera crítica de una cinta vista en Sitges donde nos asegura que esta producción merece un visionado y muchísimos respetos por su calidad y buen hacer.


Muchas veces elijo algún libro o veo alguna película o serie por el título… Con Que Pelo Más Guay me pasó esto mismo, eligiendo películas para ver en Sitges me dije… “Esta la veo si o si..” y gracias a los dioses, la pude ver, y no solo la vi sino que pude compartir una charla con el equipo de la película ya que estuve en el estreno mundial de la película y siempre es un placer…

Resumir el argumento es fácil. Dos gansters de poca monta (uno es negro un poco blanco y otro blanco blanco) que tienen una maleta llena de droga para vender a un comprador, y quedan en una peluquería abandonada. Hasta que uno de ellos va al baño y todo comienza a volverse un poco raro… 

Comienza entonces un viaje por el meta-cine, el cine dentro del cine. 

Estamos ante una comedia sorprendente e hilarante, basada en una obra de teatro interpretada por Santiago Molero y Rulo Pardo y dirigida por Borja Etxebarría, que lleva más de diez años en cartelera. 
Se nota que es un producto hecho con cariño, hecho poco a poco y hecho sobre todo para gustar. Se nota en los pequeños detalles, en las interpretaciones, me sigue flipando que la gente se vuelva loca con los efectos especiales, cuando muchas veces no hace falta eso, solo grandes interpretaciones y una buena historia, para no parar de reír durante más de una hora y media. Y esta película lo tiene todo.

Lo mejor: Los detalles.
Lo peor: ¿Nada?

Nota: 9

P.D.: Me permitiré añadir a esta buen reseña de Lledó un detalle. Sin haberla visto un servidor, por las palabras de Horne veo que es un producto donde los detalles, simpleza y eficacia es lo que hace esta cinta especial y digna de ver. Me recuerda a lo que sentí viendo Un Dios salvaje.

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