Lo imposible

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Lo imposible

Por todos es sabido que Juan Antonio Bayona es un director que tiene un saber hacer exquisito y que todas sus obras son de una delicadeza y respeto hacia el espectador dignas de mención.
En esta ocasión, Bayona va un paso más allá y logra conectar con el visor de un modo tan íntimo y personal que aún cuando termina la cinta, sigues sufriendo por lo que has visto. Fue cierto...

Parecía imposible pero sucedió...

Tenía muchas ganas de verla. La espectación era máxima y TeleCinco y todo Mediaset promocionaba esta película como lo que es: una auténtica Obra Maestra.

Desde El Orfanato, tambien de Bayona, Mediaset no se volcaba tanto en la producción de un film. Sabían que Lo Imposible iba a ser grande... tanto como la ola que devastó todo o como la tragedia que allí ocurrió. Una tragedia que marcó mucha gente, una hecatombe que destrozó familias, sesgó vidas y conmocionó al mundo entero pero sin embargo, una tragedia que también nos ha enseñado que la esperanza y la fé es lo último que debe perderse.

Sentado en la butaca oigo las primeras notas de una banda sonora que de no ser por ella, gran parte de la carga emocional del guión de la película no tendría el efecto que luego consiguió. Las piezas, todas, son de Óscar.

Nos ponemos en la piel de una familia que logró sobrevivir al desastre del tsunami. El espectador sabe que todo lo que va a ver a continuación es exactamente como ocurrió ya que los propios protagonistas de la historia real han dicho que la película es un calco de lo que vivieron, sin más ni menos.

Naomi Watts y Ewan McGregor protagonizan (con permiso del chico que hace de hijo mayor que para mi es el auténtico protagonista) esta película que pienso es la que más exigencia les ha dado a nivel interpretativo.
Los dos están sobradamente a la altura y tanto ellos como los hijos bordan unos roles que no hacen más que conectar a todos los niveles con quien ve la película. Se nota que el equipo de Bayona recordó cuando Ewan era el enamorado de Satine y cuando Naomi interpretó a la bella de quién se enamoró el gran simio King Kong.

Los efectos especiales son de una factura increíble y no quiero ni imaginarme el coste que ha tenido llevarlos a cabo pero no dudo ni un instante que se ha recuperado lo invertido.

El mar, su fuerza, su ímpetu destructor... todo lo que las verdaderas víctimas sintieron cuando fueron arrastrados por la implacable fuerza de la naturaleza nos lo presentan de una forma... tan real que sientes que va a arrastrarte a ti con ellos. Desde Titanic no me había impresionado tanto en un cine a nivel visual.

No seguiré hablando porque si entro en el argumento podría reventar detalles dignos de vivir en primera persona, no son cosas para que las cuente el mecedor de esta Cuna.

Lo mejor: Nivel visual y perfecta forma de manejar la carga emotiva del guión.
Lo peor: Esperaba que se hubiera visto el retroceso del mar antes del golpe fatal de la ola.

Nota: 8