Saw VII 3D. No cumple

Finalizamos la saga Saw con una séptima entrega que desde el minuto primero huele a que no está a la altura.
En pleno boom de las 3D, esta saga no pudo resistirse a probar las mieles de esta técnica y se aventuró a salpicar de sangre y vísceras a los espectadores.
Jill lo ha conseguido, o al menos eso cree. Hoffman aun vive y está dispuesto a terminar de la forma que sea con su trabajo.
El último juego de Puzle está a punto de comenzar y todas las piezas están sobre la mesa.
Jill busca protección en la policía y le cuenta todo lo que sabe, acusando directamente a Hoffman como responsable de los últimos juegos de Puzle.

El detective Gibson, antiguo compañero de Hoffman es el encargado de investigar estos últimos juegos y es quien se encuentra en el punto de mira de Hoffman.
Otro sujeto, esta vez de John Kramer es Bobby Dagen, un presunto superviviente de un juego que se está enriqueciendo con las ventas de su libro sobre cómo vivió tras superar ese trauma.
Bobby aprovecha su condición de superviviente para hacerse famoso, rico y conocido y ayuda a otros que ganaron el juego a sobrellevar mejor esa carga que llevan de por vida.
Junto a este grupo se encuentra un viejo conocido por todos los fans de la saga cuyo nombre me callaré y que es quien parece tener una opinión más formada respecto a la situación de cada uno de los allí presentes.

Como es obvio, Bobby se convertirá en jugador de una mortal partida que le demostrará las consecuencias de sus mentiras y hasta donde puede llegar con tal de mantener ese engaño.

Hoffman está completamente desatado y ya no oculta su identidad. Mata sin discreción y acaba con todos y cada uno de sus obstáculos, manchando de esa forma la memoria de Kramer y el cuidado que siempre puso en su "obra".
Jill es el último eslabón de esa cadena de asesinatos demenciales y hasta que no consiga dar caza a la responsable de su casi muerte, no está dispuesto a parar.

En el tramo final de la película se aclaran muchas dudas argumentales que nos acompañaban desde la primera entrega. Es una secuencia que pretende tener la carga emocional y el factor sorpresa que en anteriores películas pero que ni de lejos consigue.
No me puse nervioso en esa sucesión de imágenes, en esas aclaraciones argumentales, en esas supuestas sorpresas para el espectador. Antes, siempre, en cada película, había sentido cosas en el estómago ante tanta carga argumental. Ahora, no.

Lo mejor: La primera trampa. Cómo está enlazada con las anteriores entregas.
Lo peor: Sangre rosa. La peor de la saga. No sorprende como en otras películas.

Nota: 6


Publicar un comentario